Si te gusta la naturaleza, Noruega debe ser uno de los lugares que deberían estar en tu lista de destinos.
Noruega tiene fiordos increíbles, tanto que son Patrimonio Mundial de la Humanidad por la
UNESCO.
Los más famosos pueden ser el Geirangerfjord y el Nærøyfjord, pero el más profundo, con más de 1300 metros por debajo del nivel del mar, es el Sognefjord (Fiordo de los Sueños en español).
Pero Noruega tiene mucha montaña también.
El Preikestolen, también conocido como “El Púlpito”, es una roca cortada en el borde del fiordo Lysefjord, con 604 metros de altura, no apta para los más sensibles al vértigo.
Se llega a ella después de recorrer una increíble ruta de senderismo, muy recomendable si te gusta el trekking.
Trolltunga es otra de las rocas famosas de Noruega y que suponen una imagen inolvidable.
En este caso, el Trolltunga son unos 1100 metros de caída sobre el nivel del mar, solo apto para los más atrevidos.
Los glaciares de Noruega son otro regalo de la naturaleza a este país tan impresionante.
Hay varios y repartidos por el norte y el sur del país y su principal atractivo es hacer un paseo por el hielo.
En nuestro caso, visitamos el glaciar Briksdal, haciendo la ruta a pie hasta llegar al hielo.
En todo este trayecto se va viendo cómo el glaciar ha ido retrocediendo a lo largo de los años y con el cambio climático.Una auténtica barbaridad.
Las cascadas son un espectáculo de agua en Noruega. No te vayas a pensar que son simples hilos de agua o saltos, ni mucho menos.
Noruega cuenta con cascadas impresionantes, algunas de ellas cargadas de leyendas de Trolls y supervivencia.
Sobre todo en la época de deshielo, en primavera y verano, es cuando estas cascadas están más brutales y, en algunos casos, llegan a saltar por encima de la carretera.